El ácido L-ascórbico (AA) también comúnmente llamado vitamina C, es considerado uno de los más potentes agentes antioxidantes del organismo; en humanos se encuentra concentrado en ciertos órganos como: ojo, hígado, bazo, cerebro, glándulas suprarrenales y glándulas tiroideas.
El ascorbato (AH-), forma químicamente estable al pH del cuerpo, es un gran agente reductor hidrosoluble capacez de "limpiar" los tejidos de las especies reactivas del oxígeno (ERO) responsables del stress oxidativo.
El stress oxidativo es causado por un desequilibrio entre la producción de especies reactivas del oxígeno y la capacidad del organismo de decodificar rápidamente los reactivos intermedios o reparar el daño resultante. Todas las formas de vida mantienen un entorno reductor dentro de sus células.
El AA también posee la capacidad de regenerar vitamina E, y de esta manera la mantiene en un estado activo contribuyendo a la acción antioxidante.
La vitamina C protege de la oxidación a las lipoproteínas de baja densidad (LDL), conjugándose con compuestos hidrofóbicos (palmitato de ascorbilo, ácido acetal ascórbico) e incorporándose a las LDL para cumplir su rol antioxidante.
Además de sus efectos antioxidantes se ha demostrado que posee capacidad para absorber Rayos UV y debido a que está altamente concentrado en córnea, humor acuoso y cristalino, protege a diferentes tejidos oculares de dichas radiaciones.
Bibliografía: Marcelo-Serra, H. & Analía-Cafaro, T.. (2007). Ácido ascórbico: desde la química hasta su crucial función protectiva en ojo. 06 Marzo, 2017, de Scielo Sitio web: http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0325-29572007000400010
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